Mostrando entradas con la etiqueta Carmen Conde. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Carmen Conde. Mostrar todas las entradas

lunes, 2 de septiembre de 2024

Amante



 

Es igual que reír dentro de una campana:
sin el aire, ni oírte, ni saber a qué hueles.
Con gesto vas gastando la noche de tu cuerpo
y yo te transparento: soy tú para la vida.

No se acaban tus ojos; son los otros los ciegos.
No te juntan a mí, nadie sabe que es tuya
esta mortal ausencia que se duerme en mi boca,
cuando clama la voz en desiertos de llanto.

Brotan tiernos laureles en las frentes ajenas,
y el amor se consuela prodigando su alma.
Todo es luz y desmayo donde nacen los hijos,
y la tierra es de flor y en la flor hay un cielo.

Solamente tú y yo (una mujer al fondo
de ese cristal sin brillo que es campana caliente),
vamos considerando que la vida…, la vida
puede ser el amor, cuando el amor embriaga;
es sin duda sufrir, cuando se está dichosa;
es, segura, la luz, porque tenemos ojos.

Pero ¿reír, cantar, estremecernos libres
de desear y ser mucho más que la vida…?
No. Ya lo sé. Todo es algo que supe
y por ello, por ti, permanezco en el Mundo.

.


Carmen Conde.
Imagen: Katarina Vavrova.

miércoles, 18 de abril de 2018

Puerto del Amor


Ancho país de la voz caliente.
Espacioso universo de la sirena.
¡Alegría de partir la noche!

La corpulencia del sonido
elevaba el cielo para desbordarse,
y el humo apretado huía
desencadenando sus músculos.

Nosotros en tierra, pequeños
con nuestro inmenso delirio incalculable.
Viendo la cicatriz del mar,
la sombría luz,
la erguida, irrefrenable voz del barco.

Carmen Conde
Ilustración: Milton Avery

viernes, 22 de septiembre de 2017

Encuentro


¡Gloria de tu hallazgo!
Bautismo inicial de la primavera
en oleaje de pájaros.

Se movieron las selvas inefables.
Se deshizo el otoño de sus plumas
cubriendo inviernos cándidos.

Venías tú, gentil criatura,
desnudando los ríos a tu paso.

Carmen Conde
Ilustración: Jenny Liz Rome

martes, 6 de junio de 2017

Pacto


Pactemos, mi mar.
Corrobórame íntegro el pacto.

Cuando me vaya a la selva de casas
y de acuciantes urgencias anónimas,
has de acudir, tal y como te veo,
apenas mi corazón desmaye,
levantándome ante mí, arcangélico azul inmenso,
bañándome el duro mundo de mi contorno humano.

Y por las noches de ti, apenas callen
sus extensos rumores pinar y viento,
has de evocarme tú, has de escucharme,
diciéndote:

¡quisiera yo ser eterna, sólo por verte!

Carmen Conde
Ilustración: Julie Massy