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miércoles, 4 de enero de 2023

No temas

No temas,

no me fue otorgado

el don de ser valiente:

     enlazo palabras

             y evito pronunciarlas.


Marina Kohon.

Ilustración: Jeanie Tomanek.



         

domingo, 29 de noviembre de 2020

Apágame los ojos...

Apágame los ojos y te seguiré viendo,
cierra mis oídos, y te seguiré oyendo,
sin pies te seguiré,
sin boca continuaré invocándote.
Arráncame los brazos, te estrechará
mi corazón, como una mano.
Párame el corazón, y latirá mi mente.
Lanza mi mente al fuego
y seguiré llevándote en la sangre.


Rainer Maria Rilke. Poema de El Libro de las Horas


Ilustración: Jeanie Tomanek

viernes, 12 de abril de 2019

Sirena


Tengo la convicción de que no existes
y sin embargo te oigo cada noche
te invento a veces con mi vanidad
o mi desolación o mi modorra
del infinito mar viene su asombro
lo escucho como un salmo y pese a todo
tan convencido estoy de que no existes
que te aguardo en mi sueño para luego.


Mario Benedetti
Ilustración: Jeanie Tomanek

miércoles, 6 de marzo de 2019

Asombro

Enséñame – dices, desde tus veintiún años
ávidos, creyendo, todavía, que se puede enseñar alguna cosa
y yo, que pasé de los sesenta
te miro con amor
es decir, con lejanía
(todo amor es amor a las diferencias
al espacio vacío entre dos cuerpos
al espacio vacío entre dos mentes
al horrible presentimiento de no morir de a dos)
te enseño, mansamente, alguna cita de Goethe
(“detente, instante, eres tan bello”)
o de Kafka (una vez hubo, hubo una vez
una sirena que no cantó)
mientras la noche lentamente se desliza hacia el alba
a través de este gran ventanal
que amas tanto
porque sus luces nocturnas
ocultan la ciudad verdadera
y en realidad podríamos estar en cualquier parte
estas luces podrían ser las de New York, avenida
Broadway, las de Berlín, Konstanzerstrasse,
las de Buenos Aires, calle Corrientes
y te oculto la única cosa que verdaderamente sé:
sólo es poeta aquel que siente que la vida no es natural
que es asombro
descubrimiento revelación
que no es normal estar vivo
no es natural tener veintiún años
ni tampoco más de sesenta
no es normal haber caminado a las tres de la mañana
por el puente viejo de Córdoba, España, bajo la luz
amarilla de las farolas,
no es natural el perfume de los naranjos en las plazas
-tres de la mañana-
ni en Oliva ni en Sevilla
lo natural es el asombro
lo natural es la sorpresa
lo natural es vivir como recién llegada
al mundo
a los callejones de Córdoba y sus arcos
a las plazas de París
a la humedad de Barcelona
al museo de muñecas
en el viejo vagón estacionado
en las vías muertas de Berlín
Lo natural es morirse
sin haber paseado de la mano
por los portales de una ciudad desconocida
ni haber sentido el perfume de los blancos jazmines en flor
a las tres de la mañana,
meridiano de Greenwech
lo natural es que quien haya paseado de la mano
por los portales de una ciudad desconocida
no lo escriba
lo hunda en el ataúd del olvido
La vida brota por todas partes
consanguínea
ebria
bacante exagerada
en noches de pasiones turbias
pero había una fuente que cloqueaba
lánguidamente
y era difícil no sentir que la vida puede ser bella
a veces
como una pausa
como una tregua que la muerte
le concede al goce.


Cristina Peri Rossi
Ilustración: Jeanie Tomanek

martes, 26 de febrero de 2019

Todo lo que deseo me cabe en la boca


no es tu corazón
con los brazos extendidos
sobre el agua
haciéndose el muerto

no es lo que perdí de ti
es lo que perdí de mí

es tener nada

estar en el centro y tener nada
entre las sillas
entre el mecanismo de los astros


Isabel Bono
Ilustración: Jeanie Tomanek 

viernes, 22 de febrero de 2019

16

No es verdad.
No todo fue tierra y sexo
en mí
si soy poeta
es porque también
sé hablar de amor
suavemente.


Y como nadie sé
acariciar
la cabeza de un perro
en la madrugada.


Hilda Hilst
Ilustración: Jeanie Tomanek

martes, 12 de febrero de 2019

En la sombra


Sí: tú me buscas.

A veces en la noche yo te siento a mi lado,
que me acechas,
que me quieres palpar,
y el alma se me agita con el terror y el sueño,
como una cabritilla, amarrada a una estaca,
que ha sentido la onda sigilosa del tigre
y el fallido zarpazo que no incendió la carne,
que se extinguió en el aire oscuro.

Sí: tú me buscas.

Tú me oteas, escucho tu jadear caliente,
tu revolver de bestia que se hiere en los troncos,
siento en la sombra
tu inmensa mole blanca, sin ojos, que voltea
igual que un iceberg que sin rumor se invierte en el
agua salobre.

Sí: me buscas.
Torpemente, furiosamente lleno de amor me buscas.

No me digas que no. No, no me digas
que soy náufrago solo
como esos que de súbito han visto las tinieblas
rasgadas por la brasa de luz de un gran navío,
y el corazón les puja de gozo y de esperanza.
Pero el resuello enorme
pasó, rozó lentísimo, y se alejó en la noche,
indiferente y sordo.

Dime, di que me buscas.
Tengo miedo de ser náufrago solitario,
miedo de que me ignores
como al náufrago ignoran los vientos que le baten,
las nebulosas últimas, que, sin ver, le contemplan.

Dámaso Alonso
Ilustración: Jeanie Tomanek

domingo, 10 de febrero de 2019

deseo tener el pelo corto


deseo tener el pelo corto
como un niño
y ser hermosa
como una mujer hermosa

deseo ser octubre con charcos
y pájaros en las antenas

deseo ser un loco bueno

deseo no pensar
como no piensa un loco bueno
agarrado al tronco de un árbol


Isabel Bono
Ilustración: Jeanie Tomanek