Despierta, como quieras, pero despierta en mí,
desde el frío, desde las adormiladas profundidades.
No sueño con que pronuncies una palabra pero
dame algún indicio de que aún estás vivo.
No estoy pidiendo la permanencia ni el instante.
Acaso no un verso, sólo un suspiro, un grito.
Acaso sólo un lamento o un susurro.
Acaso el sordo sonar de tus cadenas.
Olga Berggolts
Ilustración: Heather Foust