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lunes, 17 de diciembre de 2018

El sol de los amantes


El oficio de quien ama es ver
un sol oscuro sobre la cama,
y engendrar en el frío el fuego
de un verano que calla su nombre.

Es ver, constelación de pétalos,
cuando la nieve cae sobre la tierra,
algodón del cielo, aire del silencio
que nace entre dos espaldas.

Es morir, lúcido y secreto,
cerca de tierras absolutas,
de ese amor que mueve las estrellas
y encierra a los amantes en un cuarto.

Lêdo Ivo
Ilustración: Isidro Ferrer

miércoles, 22 de febrero de 2017

Fuente

Junto al pozo llegué,
mi ojo pequeño y triste
se hizo hondo, interior.

Estuve junto a mí,
llena de mí, ascendente y profunda,
mi alma contra mí,
golpeando mi piel,
hundiéndola en el aire,
hasta el fin.

La oscura charca abierta por la luz.

Éramos una sola criatura,
perfecta, ilimitada,
sin extremos para que el amor pudiera asirse.
Sin nidos y sin tierra para el mando

Blanca Varela


Ilustración:Isidro Ferrer

viernes, 23 de diciembre de 2016

Bifurcaciones


Todo lo que se ramifica,
se bifurca: delta, rayo, pulmón,
raíces, sinapsis, fractales,
árboles genealógicos y de decisiones;
todo lo que multiplica
y a la vez disminuye -

no hay quien lo comprenda,
ya demasiado complejo
para este miembro X
de una serie infinita
que a las espaldas
de aquel que en lugar de pensar
es pensado, se desarrolla,
se ramifica, se bifurca.

Hans Magnus Enzensberger


Ilustración: Isidro Ferrer. Declinaciones

martes, 20 de diciembre de 2016

El odio


Ved cuan activo está
y qué bien se conserva
el odio en nuestro siglo.
Con qué ligereza salva obstáculos,
y qué fácil le resulta saltar sobre su presa.

No es como los otros sentimientos.
Más viejo y, a la vez, más joven.
Por sí mismo genera la causa
de su despertar a la vida.
Duerme a veces, pero jamás con un sueño eterno.
Y el insomnio no le resta fuerzas, se las da.

Buenas son las religiones,
con tal de estar en la línea de salida.
Buenas son las patrias,
con tal de lanzarse a la carrera.
Al principio, incluso la justicia funciona.
Después correrá solo.
El odio. El odio.
La faz se le retuerce en una mueca
de amoroso éxtasis.

¡Qué anemia y apatía
la de los otros sentimientos!
¿Desde cuándo la fraternidad
arrastra multitudes?
¿Ha llegado alguna vez la compasión
primera a la meta?
¿A cuántos voluntarios seduce la duda?
El odio sí seduce, ¡y cómo!, es perro viejo.

Avispado, listo, trabajador.
¡Cuántos cantares ha compuesto!
¡Cuántas páginas de la historia ha numerado!
¡Cuántas alfombras humanas ha desplegado,
en cuántas plazas, en cuántos estadios!

No nos engañemos:
sabe crear belleza.
Espléndidos son sus incendios en la negra noche.
Soberbias las humaredas de sus explosiones al alba.
Imposible negar el patetismo de sus ruinas
ni el humor chabacano
de la única columna que queda en pie.

Es maestro del contraste
entre silencio y estruendo,
entre sangre roja y nieve blanca.
Y nunca jamás se cansa
del leitmotiv del verdugo pulcro
sobre la inmunda víctima.

Siempre dispuesto a nuevas tareas.
Si es necesario esperar, espera.
Dicen que es ciego. ¿Ciego?
Tiene los ojos de lince del francotirador
y mira el futuro con denuedo.
Él, sólo él.

Wislawa Szymborska


Ilustración: Isidro Ferrer

miércoles, 7 de diciembre de 2016

Quizás el corazón

Se hundirá el olor acre de los tilos
en la noche de lluvia. Será vano
el tiempo de la dicha, su furor,
su mordisco de rayo que explosiona.
Apenas queda abierta la indolencia,
el recuerdo de un gesto, de una sílaba,
pero como de un vuelo lento de aves
entre vanos de niebla. Y aún aguardas
no sé qué cosa, mi extraviada; acaso
una hora que decida, que recuerde
el principio o el fin; similar suerte,
ya. Aquí negro el humo de los incendios
seca aún la garganta. Si lo puedes,
olvídate de aquel sabor de azufre
y el pavor. Las palabras nos fatigan,
rebrotan de una lapidada agua;
quizás nos quede el corazón, quizás...

Salvatore Quasimodo
 
Ilustración: Isidro Ferrer

viernes, 2 de diciembre de 2016

Francesca


Saliste de la noche
y había flores en tus manos,
ahora saldrás de una muchedumbre,
de un tumulto de dichos sobre vos.

Yo que te ví entre las cosas primordiales
me enojé cuando pronunciaron tu nombre
en lugares comunes.

Yo quisiera que las olas frías fluyeran en mi mente,
y que el mundo se secara como una hoja muerta,
o una semilla de diente de león y así fuese barrido,
para volver a encontrarte,
a solas.

Ezra Pound 



Ilustración: Isidro Ferrer

martes, 29 de noviembre de 2016

Voy a dormir


Dientes de flores, cofia de rocío,
manos de hierbas, tú, nodriza fina,
tenme prestas las sábanas terrosas
y el edredón de musgos escardados.

Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame.
Ponme una lámpara a la cabecera;
una constelación; la que te guste;
todas son buenas; bájala un poquito.

Déjame sola: oyes romper los brotes…
te acuna un pie celeste desde arriba
y un pájaro te traza unos compases

para que olvides… Gracias. Ah, un encargo:
si él llama nuevamente por teléfono
le dices que no insista, que he salido…

Alfonsina Storni



Ilustración: Isidro Ferrer

viernes, 25 de noviembre de 2016

A esa, a la que yo quiero...


A esa, a la que yo quiero,
no es a la que se da rindiéndose,
a la que se entrega cayendo,
de fatiga, de peso muerto,
como el agua por ley de lluvia.
hacia abajo, presa segura
de la tumba vaga del suelo.
A esa, a la que yo quiero,
es a la que se entrega venciendo,
venciéndose,
desde su libertad saltando
por el ímpetu de la gana,
de la gana de amor, surtida,
surtidor, o garza volante,
o disparada -la saeta-,
sobre su pena victoriosa,
hacia arriba, ganando el cielo.

Pedro Salinas

Ilustración: Isidro Ferrer