El cuerpo se convierte en un planeta sin estrella, que viaja solo a través del vacío. Aunque luego se encontrara con otro cuerpo estelar, las probabilidades de ser capturado serían mínimas. El planeta sería por tanto un mundo errante, solitario. No rota. No libera tensiones acumuladas mediante pequeñas perturbaciones. Con una sola conmoción, toda la energía acumulada se libera en una reacción en cadena.
Charles Sheffield

Ilustración: Natalia Maroz