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viernes, 19 de enero de 2018

Un camino de tierra en medio de la tierra


Las ramas de luz atónita poblando innumerables veces el área de tu frente
asaltada por olas
asfaltada de lumbre tejida de pelo tierno y de huellas leves de fósiles de
plantas delicadas
ignorada del mundo bañando tus ojos y el rostro de lava verde
¡Quién vive! apenas dormido vuelvo de más lejos a tu encuentro de tinieblas
a paso de chacal mostrándote caracolas de espuma de cerveza y
probables edificaciones de nácar enfangado
Vivir bajo las algas
El sueño en la tormenta sirenas como relámpago el alba incierta un camino
de tierra en medio de la tierra y nubes de tierra y tu frente se levanta,
como un castillo de nieve y apaga el alba y el día se enciende y vuelve
la noche y fasces de tu pelo se interponen y azotan el rostro helado de la noche
Para sembrar el mar de luces moribundas
Y que las plantas carnívoras no falten de alimento
Y crezcan ojos en las playas
Y las selvas despeinadas giman como gaviotas

César Moro
Ilustración: María Lorenzo

martes, 9 de agosto de 2016

He aquí que tú estás sola...

He aquí que tú estás sola y que estoy solo.
Haces tus cosas diariamente y piensas
y yo pienso y recuerdo y estoy solo.
A la misma hora nos recordamos algo
y nos sufrimos. Como una droga mía y tuya
somos, y una locura celular nos recorre
y una sangre rebelde y sin cansancio.
Se me va a hacer llagas este cuerpo solo,
se me caerá la carne trozo a trozo.
Esto es lejía y muerte.
El corrosivo estar, el malestar
muriendo es nuestra muerte.

Ya no sé dónde estás. Yo ya he olvidado
quién eres, dónde estás, cómo te llamas.
Yo soy sólo una parte, sólo un brazo,
una mitad apenas, sólo un brazo.
Te recuerdo en mi boca y en mis manos.
Con mi lengua y mis ojos y mis manos
te sé, sabes a amor, a dulce amor, a carne,
a siembra , a flor, hueles a amor, a ti,
hueles a sal, sabes a sal, amor y a mí.
En mis labios te sé, te reconozco,
y giras y eres y miras incansable
y toda tú me suenas
dentro del corazón como mi sangre.
Te digo que estoy solo y que me faltas.
Nos faltamos, amor, y nos morimos
y nada haremos ya sino morirnos.
Esto lo sé, amor, esto sabemos.
Hoy y mañana, así, y cuando estemos
en nuestros brazos simples y cansados,
me faltarás, amor, nos faltaremos.

Jaime Sabines

Ilustración: María Lorenzo