Y entonces le dije al lobo:
"Ahora el mundo ha cambiado
Y los manantiales de agua se llevan los rastros
de mis pasos en el bosque.
Me alejo de los sembradores de palabras en el aire.
Nado entre los tiburones y los saldos de los peces moribundos.
Aquella canastita es solamente la nostalgia de mi madre,
una forma de las nubes en la tarde.
No te creas a salvo de los monstruos de la noche.
Yo tengo los ojos tan grandes
Para nunca dejar de mirarte."
Sylvina Bach
Ilustración: Adolfo Serra
