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domingo, 15 de marzo de 2020

Dice la esperanza: un día...

Dice la esperanza: Un día
la verás, si bien esperas.
Dice la desesperanza:
Sólo tu amargura es ella.
Late, corazón... No todo
se lo ha tragado la tierra.

Antonio Machado
Ilustración: Christian Schloe

sábado, 13 de abril de 2019

Origen

Hay que salvar al viento
Los pájaros queman el viento
en los cabellos de la mujer solitaria
que regresa de la naturaleza
y teje tormentos
Hay que salvar al viento.


Alejandra Pizarnik
Ilustración: Christian Schloe

sábado, 6 de octubre de 2018

Sirenas


Con risas sordas, gruñidos y sollozos, las hijas del mar
pelean y se abrazan entre negros peñascos,
peinan sus cabelleras relucientes en la sombra
y arrastran, taciturnas, su ondulante piel por la playa

A su lado se bañan anguilas viajeras,
ágiles cachalotes y un oso-niño color de nieve;
el fuego de sus ojos se aviva y se extingue,
trémulo faro sobre las olas, provocando el naufragio.

Sus cuerpos de ámbar y de leche toman la forma de las
olas;
en la amarga niebla que el mar exhala, el incierto deseo,
el pesar, el terror y la esperanza condensan la noche.

Y los náufragos, mecidos blandamente sobre la garganta
donde todo zozobra, paladean en la oscura inmensidad
el cálido amor que esconde la muerte en la entraña del
agua.

Marguerite Yourcenar
Ilustración: Christian Schloe

lunes, 11 de junio de 2018

Canción para cantar una canción


Esa música…
Insiste, hace daño
en el alma.
Viene tal vez de un tiempo
remoto, de una época imposible
perdida para siempre.
Sobrepasa los límites
de la música. Tiene materia,
aroma, es como polvo de algo
indefinible, de un recuerdo
que nunca se ha vivido,
de una vaga esperanza irrealizable.
Se llama simplemente:
canción.

Pero no es sólo eso.

Es también la tristeza.

Ángel González

Ilustración: Christian Schloe

jueves, 14 de septiembre de 2017

Ardehal (Kashán)

Cuando cae la tarde
se yerguen como alas
los troncos de los árboles
y despliegan el misterio.
El monte se retira
para que quede grabada en el aire
la línea del más allá.

Tú estás aquí
y aumentas el enigma.

Y más aquí está el punto
que se abre creciente a la oscuridad.

Todo cabe debajo de los párpados dormidos,
hasta el gesto de las amapolas
que amansan el temor.
Si un día llega el día,
seguiré en esta hora
que escribe sobre la tierra
un verso negro
que solo tú descifras.

No abras los ojos,
que ya leo el sentido del sinsentido
en las vetas del suelo,
y saltan hacia mí fuentes de luz
desde el otro lado de tu sueño.

Clara Janés
Ilustración: Christian Schloe

jueves, 21 de julio de 2016

Sólo el amor

Cuando el amor es gesto del amor y queda
vacío un signo sólo.
Cuando está el leño en el hogar,
mas no la llama viva.
Cuando es el rito más que el hombre.
Cuando acaso empezamos
a repetir palabras que no pueden
conjurar lo perdido.


Cuando tú y yo estamos frente a frente
y una extensión desierta nos separa.
Cuando la noche cae.
Cuando nos damos
desesperadamente a la esperanza
de que sólo el amor
abra tus labios a la luz del día.

José Ángel Valente


Ilustración: For You by Christian Schloe

jueves, 23 de junio de 2016

Te tuve

Te tuve
cuando eras
dulce,
acariciado mundo.
Realidad casi nube,
¡cómo te me volaste de los brazos!
Ahora te siento nuevamente.
No por tu luz, sino por tu corteza,
percibo tu inequívoca
presencia,
...agrios perfiles, duros meridianos,
¡áspero mundo para mis dos manos!


Ángel González

Ilustración: Christian Schloe

miércoles, 23 de marzo de 2016

Nota V

no echés a la tristeza del fogón/
siéntese aquí a mi lado/vieja/
usted nunca me va a dejar/
perdonemé si la olvidé


si anduve de rabia en rabia
saliendo de un muerto entrando
a otro muerto o mundo roto/
si así viaje todos estos años/

arrímese/tristeza/
que me hace tanta furia
y tanto puerto muerto y
necesito viajar/viajar

Juan Gelman

Ilustración: Christian Schloe

viernes, 18 de marzo de 2016

El cuchillo

mi mano sobre tus pechos la cocina
en reposo a esa hora el café
que hirvió el hablar en voz baja
para no molestar a la dulzura de nuestros
cuerpos
que temblaban o brillaban
con una especie de luz como el cuchillo que
usaste
mientras estaba en tu mano

Juan Gelman



Ilustración: Christian Schloe

lunes, 1 de febrero de 2016

Despertares

Es extraño despertarse a veces en plena noche.
En pleno sueño alguien toca la puerta
y en la extraordinaria ciudad de medianoche
de medio-sueño de medio-recuerdo
las puertas de los zaguanes retumban
con estrépito de calle en calle


Quién es ese visitante nocturno de rostro desconocido,
qué viene a buscar, qué espía.
Es un mendigo que pide pan y albergue
es un ladrón, es un pájaro,
es un reflejo de nosotros mismos en el hielo.
Quién vuelve de un abismo de transparencia
e intenta volver a entrar en nosotros.

Él se da cuenta que hemos cambiado
que la llave ya no puede abrir la cerradura
de la puerta misteriosa de los cuerpos.
Aunque sólo hayan pasado segundos desde que nos dejó
en el momento inquietante en que se apaga la luz

¿Qué sucede entonces?
¿Dónde deambula? ¿Sufre?
¿Es ése el origen de los fantasmas?
¿El origen de los sueños?
¿El nacimiento de los recuerdos?

No toques nunca a mi puerta visitante.
No hay sitio en mi casa ni en mi corazón.
Para las antiguas imágenes de mí mismo
tal vez me reconozcas.
Yo no sabría ya reconocerte.

Robert Desnos

Ilustración: Christian Schloe

viernes, 25 de septiembre de 2015

Yo no quiero más luz que tu cuerpo ante el mío

Yo no quiero más luz que tu cuerpo ante el mío:
claridad absoluta, transparencia redonda.
Limpidez cuya entraña, como el fondo del río,
con el tiempo se afirma, con la sangre se ahonda.

¿Qué lucientes materias duraderas te han hecho,
corazón de alborada, carnación matutina?
Yo no quiero más día que el que exhala tu pecho.
Tu sangre es la mañana que jamás se termina.

No hay más luz que tu cuerpo, no hay más sol: todo ocaso.
Yo no veo las cosas a otra luz que tu frente.
La otra luz es fantasma, nada más, de tu paso.
Tu insondable mirada nunca gira al poniente.

Claridad sin posible declinar. Suma esencia
del fulgor que ni cede ni abandona la cumbre.
Juventud. Limpidez. Claridad. Transparencia
acercando los astros más lejanos de lumbre.

Claro cuerpo moreno de calor fecundante.
Hierba negra el origen; hierba negra las sienes.
Trago negro los ojos, la mirada distante.
Día azul. Noche clara. Sombra clara que vienes.

Yo no quiero más luz que tu sombra dorada
donde brotan anillos de una hierba sombría.
En mi sangre, fielmente por tu cuerpo abrasada,
para siempre es de noche: para siempre es de día.

Miguel Hernández

Ilustración: Christian Schloe

lunes, 14 de septiembre de 2015

El Despertar


a León Ostrov
 

Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
y se ha volado
y mi corazón está loco
porque aúlla a la muerte
y sonríe detrás del viento
a mis delirios

Qué haré con el miedo
Qué haré con el miedo

Ya no baila la luz en mi sonrisa
ni las estaciones queman palomas en mis ideas
Mis manos se han desnudado
y se han ido donde la muerte
enseña a vivir a los muertos

Señor
El aire me castiga el ser
Detrás del aire hay monstruos
que beben de mi sangre

Es el desastre
Es la hora del vacío no vacío
Es el instante de poner cerrojo a los labios
oír a los condenados gritar
contemplar a cada uno de mis nombres
ahorcados en la nada.

Señor
Tengo veinte años
También mis ojos tienen veinte años
y sin embargo no dicen nada

Señor
He consumado mi vida en un instante
La última inocencia estalló
Ahora es nunca o jamás
o simplemente fue

¿Cómo no me suicido frente a un espejo
y desaparezco para reaparecer en el mar
donde un gran barco me esperaría
con las luces encendidas?

¿Cómo no me extraigo las venas
y hago con ellas una escala
para huir al otro lado de la noche?

El principio ha dado a luz el final
Todo continuará igual
Las sonrisas gastadas
El interés interesado
Las preguntas de piedra en piedra
Las gesticulaciones que remedan amor
Todo continuará igual

Pero mis brazos insisten en abrazar al mundo
porque aún no les enseñaron
que ya es demasiado tarde

Señor
Arroja los féretros de mi sangre

Recuerdo mi niñez
cuando yo era una anciana
Las flores morían en mis manos
porque la danza salvaje de la alegría
les destruía el corazón

Recuerdo las negras mañanas de sol
cuando era niña
es decir ayer
es decir hace siglos

Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
y ha devorado mis esperanzas

Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
Qué haré con el miedo

Alejandra Pizarnik

Ilustración: Christian Schloe

sábado, 18 de julio de 2015

A veces

Escribir un poema se parece a un orgasmo:
mancha la tinta tanto como el semen,
empreña también más en ocasiones.
Tardes hay, sin embargo,
en las que manoseo las palabras,
muerdo sus senos y sus piernas ágiles,
les levanto las faldas con mis dedos,
las miro desde abajo,
les hago lo de siempre
y, pese a todo, ved:
¡no pasa nada!
Lo expresaba muy bien Cesar Vallejo:
"Lo digo y no me corro".
Pero él disimulaba.


Angél González

Ilustración: Christian Schloe

lunes, 29 de junio de 2015

Me sobra el corazón

Hoy estoy sin saber yo no sé cómo,
hoy estoy para penas solamente,
hoy no tengo amistad,
hoy sólo tengo ansias
de arrancarme de cuajo el corazón
y ponerlo debajo de un zapato.


Hoy reverdece aquella espina seca,
hoy es día de llantos de mi reino,
hoy descarga en mi pecho el desaliento
plomo desalentado.


No puedo con mi estrella.
Y me busco la muerte por las manos
mirando con cariño las navajas,
y recuerdo aquel hacha compañera,
y pienso en los más altos campanarios
para un salto mortal serenamente.


Si no fuera ¿por qué?… no sé por qué,
mi corazón escribiría una postrera carta,
una carta que llevo allí metida,
haría un tintero de mi corazón,
una fuente de sílabas, de adioses y regalos,
y ahí te quedas, al mundo le diría.


Yo nací en mala luna.
Tengo la pena de una sola pena
que vale más que toda la alegría.


Un amor me ha dejado con los brazos caídos
y no puedo tenderlos hacia más.
¿No veis mi boca qué desengañada,
qué inconformes mis ojos?


Cuanto más me contemplo más me aflijo:
cortar este dolor ¿con qué tijeras?


Ayer, mañana, hoy
padeciendo por todo
mi corazón, pecera melancólica,
penal de ruiseñores moribundos.


Me sobra el corazón.


Hoy, descorazonarme,
yo el más corazonado de los hombres,
y por el más, también el más amargo.


No sé por qué, no sé por qué ni cómo
me perdono la vida cada día.


Miguel Hernández

Ilustración: Christian Schloe

jueves, 25 de junio de 2015

La muerte y la muchacha (Schubert)

La muerte y la muchacha
abrazadas en el bosque
devoran el corazón de la música
en el corazón del sinsentido
una muchacha lleva un candelabro de siete brazos
y baila detrás de los tristes músicos
que tañen en violines rotos
en torno a una mujer verde abrazada a un unicornio y a una
mujer azul abrazada a un gallo
en lo bajo
y en lo triste
hay casitas
que nadie ve
de madera, húmedas,
y hundiéndose como barcos,
¿era esto, pues, el concepto del espacio?
criaturas en dulce erección
y la mujer azul
con el ojo de la alegría enfoca directamente
la traumaturga estación de los amores muertos.
--
Serás desolada
y tu voz será la fantasma
que se arrastra por lo oscuro,
jardín o tiempo donde su mirada
silencio, silencio.


Alejandra Pizarnik

Ilustración: Christian Schloe

martes, 9 de junio de 2015

El amor te convierte...

El amor te convierte en rosal
y en el pecho te nace
esa espina robusta como un clavo
donde el demonio cuelga su uniforme.

Al tocar lo que amas te quemas los dedos,
y sigues, sigues, sigues hasta abrasarte todo;
después,
ya en pie de nuevo,
tu cuerpo es otra cosa,
...es la estatua de un héroe muerto en algo,
al que no se le ven las cicatrices.


"Todo el color del mar subió a tus ojos
todo el agua del mar bajó a mi llanto"


Gloria Fuertes

Ilustración: Christian Schloe

sábado, 30 de mayo de 2015

Sábados

Afuera hay un ocaso, alhaja oscura
engastada en el tiempo,
y una honda ciudad ciega
de hombres que no te vieron.
La tarde calla o canta.
Alguien descrucifica los anhelos
clavados en el piano.
Siempre, la multitud de tu hermosura.


A despecho de tu desamor
tu hermosura
prodiga su milagro por el tiempo.
Está en ti la ventura
como la primavera en la hoja nueva.
Ya casi no soy nadie, soy tan solo ese anhelo
que se pierde en la tarde.

En ti está la delicia
como está la crueldad en las espadas.
Agravando la reja esta noche
en la sala severa
se buscan como ciegos nuestras dos soledades.

Sobrevive a la tarde
la blancura gloriosa de tu carne.
En nuestro amor hay una pena
que se parece al alma.


que ayer solo eras toda la hermosura
eres también todo el amor, ahora.

Jorge Luis Borges

Ilustración: Christian Schloe

martes, 19 de mayo de 2015

Aunque no nos muriéramos al morirnos

Aunque no nos muriéramos al morirnos,
le va bien a ese trance la palabra: Muerte.
Muerte es que no nos miren los que amamos,
muerte es quedarse solo, mudo y quieto
y no poder gritar que sigues vivo.


Gloria Fuertes

Ilustración: Christian Schloe

viernes, 15 de mayo de 2015

Me caigo y me levanto

Nadie puede dudar de que las cosas recaen,
un señor se enferma y de golpe un miércoles recae
un lápiz en la mesa recae seguido
las mujeres, cómo recaen
teóricamente a nada o a nadie se le ocurriría recaer
pero lo mismo está sujeto
sobre todo porque recae sin conciencia
recae como si nunca antes
un jazmín para dar un ejemplo perfumado
a esa blancura
¿de dónde le viene su penosa amistad con el amarillo?
el mero permanecer ya es recaída
es jazmín entonces
y no hablemos de las palabras
esas recayentes deplorables
y de los buñuelos fríos que son la recaída clavada
contra lo que pasa, se impone pacientemente la rehabilitación
en lo más recaído hay algo que siempre pugna por rehabilitarse
en el hongo pisoteado, en el reloj sin cuerda
en los poemas de Pérez, en Pérez
todo recayente tiene ya en sí un rehabilitante
pero el problema, para nosotros lo que pensamos nuestra vida
es confuso y casi infinito
un caracol segrega y una nube aspira
seguramente recaerán
pero una compensación ajena a ellos los rehabilita
los hace treparse poco a poco a lo mejor de si mismos
antes de la recaída inevitable
pero nosotros tía ¿cómo haremos?
¿cómo nos daremos cuenta de que hemos recaído
si por la mañana estamos tan bien
tan café con leche
y no podemos medir hasta donde hemos recaído en el sueño
o en la ducha
y si sospechamos lo recadente de nuestro estado
¿cómo nos rehabilitaremos?
hay quienes recaen al llegar a la cima de una montaña
al terminar su obra maestra
al afeitarse sin un solo tajito
no toda recaída va de arriba abajo
porque arriba y abajo no quieren decir gran cosa
cuando ya no se sabe donde se está
probablemente Icaro creía tocar el cielo
cuando se hundió en el mar …. y
dios te libre de una zambullida tan mal preparada
tía ¿cómo nos rehabilitaremos?
hay quien ha sostenido que la rehabilitación
sólo es posible alterándose
pero olvidó que toda recaída es una desalteración
una vuelta al barro de la culpa
perfecto!
somos lo más que somos porque nos alteramos
salimos del barro en busca de la felicidad
y la conciencia y los pies limpios
un recayente es entonces un desalterante
de donde se sigue que
nadie se rehabilita sin alterarse
pretender la rehabilitación alterandose es una triste redundancia
nuestra condición es la recaída y la desalteración
y a mi me parece que un recayente debería rehabilitarse de otra manera
que por lo demás ignoro
No solamente ignoro eso
sino que jamás he sabido en qué momento
mi tía o yo recaemos
¿cómo rehabilitarnos entonces si a lo mejor no hemos recaído todavía?
y la rehabilitación nos encuentra ya rehabilitados
Tía, no será esa la respuesta ahora que lo pienso...
Hagamos una cosa:
Usted se rehabilita y yo la observo
varios días seguidos
digamos, una rehabilitación continua
usted está todo el tiempo rehabilitándose y yo la observo
o al revés si prefiere
pero a mí me gustaría que empezara usted
porque soy modesto y buen observador
de esa manera si yo recaigo en los intervalos de mi rehabilitación
mientras usted no le da tiempo a la recaída
y se rehabilita como en un cine continuado
al cabo poco nuestra diferencia será enorme
Usted estará tan por encima que dará gusto
entonces yo sabré que el sistema ha funcionado
y empezaré a rehabilitarme furiosamente
pondré el despertador a las tres de la mañana
suspenderé mi vida conyugal
y las demás recaídas que conozco
para que, sólo queden las que no conozco
y a lo mejor poco a poco un día estaremos otra vez juntos tía
y será tan hermoso decir...
ahora nos vamos al centro y nos compramos un helado
el mío todo de frutilla
y el de usted con chocolate y un bizcochito.

Julio Cortázar.

Ilustración: Christian Schloe

sábado, 9 de mayo de 2015

Silencio

Así como del fondo de la música
brota una nota
que mientras vibra crece y se adelgaza
hasta que en otra música enmudece,
brota del fondo del silencio
otro silencio, aguda torre, espada,
y sube y crece y nos suspende
y mientras sube caen
recuerdos, esperanzas,
las pequeñas mentiras y las grandes,
y queremos gritar y en la garganta
se desvanece el grito:
desembocamos al silencio
en donde los silencios enmudecen.


Octavio Paz
  Ilustración: Christian Schloe