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miércoles, 20 de marzo de 2024

Meditación




          Aturdidos de tanto saber
          y de no entender nada
          las cenizas de la memoria
          se esparcen en el aire



Una cucharada más de polvo,
tan sólo otra cucharada de nostalgia.
Abre la boca, niña, come y calla.
Cruel alimento es la nostalgia,
naufragio desolado de la vida,
espejo injusto e insaciable.

Otro bocado más, niña, mastica y traga.
.
Guadalupe Grande.


Imagen: Erika Kuhn

lunes, 5 de noviembre de 2018

Tu nombre


Como una gota de miel venenosa,
tu nombre, el que te dio tu madre,
se derrama amargamente en mi garganta.
Bajo distintos cielos clamé tu nombre,
lo lamenté en todos los lechos;
leí tu nombre en filigrana en la página de mi desdicha,
claro como el sollozo que vierte sobre nosotros un ángel.
Tu nombre, con el que duermo,
lastima mi boca como si fuera un talismán,
y me arrastra, como una sentencia, hacia el destierro.
Tu nombre, como un niño bello y desnudo,
se revuelca en todos los fangos.
Gimo tu nombre como limosnera
frente a las puertas de la ciudad en llamas.
Manchado por las moscas-chismes de la infamia,
la gente pronuncia vulgarmente tu nombre,
X desconocida, tú misma.
Tu nombre de bautismo
inscrito en los registros negros del diablo
y en el libro de oro de Dios.
Tu nombre es la única cosa que jamás te podré regresar;
no importa que lo repita mil veces,
nadie me lo podrá arrebatar.
Cada letra de tu nombre es un clavo de mi pasión,
y lo único, quizás, que nunca podré olvidar
hasta que llegue el día de la resurrección.


Marguerite Yourcenar
Ilustración: Erika Kuhn

sábado, 28 de octubre de 2017

Hay cosas fáciles de contar

Hay cosas fáciles de contar.
Por ejemplo:
cuántas manzanas hay sobre la mesa.
Y más:
cuántas rojas, cuántas verdes.
Todo es sencillo mientras el sol
no apunte a lo indecible
y proyecte sombras.
Yo no sé
si la sombra de una manzana cuenta como sombra
o la sombra de una manzana cuenta como manzana.
A esta hora, quién sabe
cuántas manzanas hay.
Cuántas rojas, cuántas verdes,
cuántas manzanas negras sobre la mesa.
Ah. Las manzanas negras.
La cosa se complica cuando hay sombras.

Yo caminé hasta apretar mi corazón.

Alguien dirá que esto no cuenta como muerte.

Valeria Pariso
Ilustración: La Maga. Erika Kuhn

jueves, 12 de octubre de 2017

No lo salves...


No lo salves de la tristeza, soledad,
no lo cures de la ternura que lo enferma.
Dale dolor, apriétalo en tus manos,
muérdele el corazón hasta que aprenda.
No lo consueles, déjalo tirado
sobre su lecho como un haz de yerba.

Jaime Sabines
Ilustración: Erika Kuhn

martes, 13 de junio de 2017

Lo Imprescindible

Uno aprende que lo imprescindible
no eran los libros
no eran los discos
no eran los gatos
no eran los paraísos en flor
derramándose en las aceras
ni siquiera la luna grande -blanca-
en las ventanas
no era el mar arribando
su rumia rompedora en el malecón
ni los amigos que ya no se ven
ni las calles de la infancia
ni aquel bar donde hacíamos el amor con la mirada.

Lo imprescindible era otra cosa.

Cristina Peri Rossi

Ilustración: Erika Kuhn

domingo, 21 de mayo de 2017

Fragmento del cuento Fedón o el Vértigo


Oyéme, Cebes… Te hablo en voz baja, pues sólo cuando hablamos en voz baja nos escuchamos a nosotros mismos. Voy a morir, Cebes. No muevas la cabeza: no me digas que ya lo sabes y que todos morimos. El tiempo no os cuesta nada, a vosotros los filósofos; no obstante, existe, puesto que nos endulza como a las frutas y nos reseca como a las hierbas. Para aquellos que aman, el tiempo deja de existir, pues los amantes se arrancan el corazón para dárselo a quienes aman, y por eso son insensibles a los millares de hombres y mujeres que no tienen nada que ver con su amor, y por eso lloran y se desesperan con seguridad. Y cuando empiezan a atrasarse esos sangrientos relojes, los que son amados ven acercarse la vejez y la muerte. Para aquellos que sufren, el tiempo no existe: se anula a fuerza de precipitarse, pues cada hora de un suplicio es una tempestad de siglos.

Marguerite Yourcenar


Ilustración: La Maga. Erika Kuhn

domingo, 5 de marzo de 2017

Corazón mío


Mi corazón bajo la forma de un óvulo palpitante
Eyacula millares de corazones diminutos
Se embaraza a sí mismo y se da a luz
Adentro de tu pecho estás más loco
Me decías mirándome fijamente a los ojos
Y el malhadado corazón
A punto de salírsenos de la boca

Óscar Hahn


Ilustración: Erika Kuhn

viernes, 3 de marzo de 2017

Búsqueda


Me acaricio el instinto
y lo largo
junto a los otros perros.
Me duelo,
pruebo la muerte
con la punta del miedo.

Susana Thénon
Ilustración: Erika Kuhn

domingo, 19 de febrero de 2017

Era yo un pájaro


Era yo un pájaro
de blanco vientre gentil,
alguien me cortó la garganta
para reírse
no sé.

Era yo un gran albatros
que planeaba sobre los mares.
Alguien detuvo mi viaje,
sin caridad de sonido ninguna.

Pero incluso tumbada en el suelo
canto ahora para ti
canciones de amor.

Alda Merini
Ilustración: Erika Kuhn

viernes, 16 de diciembre de 2016

Lluvia


Esta mañana desperté con unas
ganas terribles de pasarme el día en cama
y leer. Luché contra ese deseo un minuto.

Luego miré la lluvia a través de la ventana.
Y me entregué. Me puse por completo
al resguardo de esta mañana lluviosa.

¿Volvería a vivir mi vida nuevamente?
¿Cometería los mismos e imperdonables errores?
Sí, si me dieran media oportunidad, sí, lo haría.

Raymond Carver



Ilustración: Erika Kuhn

domingo, 9 de octubre de 2016

Hipérbole del amoroso


Te amo tanto que duermo con los ojos abiertos.
Te amo tanto que hablo con los árboles.
Te amo tanto que como ruiseñores.
Te amo tanto que lloro joyas de oro.
Te amo tanto que mi alma tiene trenzas.
Te amo tanto que me olvido del mar.
Te amo tanto que las arañas me sonríen.
Te amo tanto que soy una jirafa.
Te amo tanto que a Dios telefoneo.
Te amo tanto que acabo de nacer.

Carlos Edmundo de Ory

Ilustración: Erika Kuhn

jueves, 6 de octubre de 2016

Poema 95

El amor es un fuego.
Arde por todas partes.
Desfigura a todo el mundo.
Es la excusa que el mundo pone
por ser tan feo.

Leonard Cohen. De "La energía de los esclavos", 1972

Ilustración: Erika Kuhn

miércoles, 21 de septiembre de 2016

De su romance con el mar

Sólo tuvo ojos para el infinito y aprendió que el mar entero se halla en el verbo (a-mar), no en el sustantivo ni en la contemplación.

Erika Kuhn

jueves, 18 de agosto de 2016

Espera

Y tú me dices
que tienes los pechos vencidos de esperarme,
que te duelen los ojos de tenerlos vacíos de mi cuerpo,
que has perdido hasta el tacto de tus manos
de palpar esta ausencia por el aire,
que olvidas el tamaño caliente de mi boca.

Y tú me lo dices que sabes
que me hice sangre en las palabras de repetir tu nombre,
de golpear mis labios con la sed de tenerte,
de darle a mi memoria, registrándola a ciegas,
una nueva manera de rescatarte en besos
desde la ausencia en la que tú me gritas
que me estás esperando.

Y tú me lo dices que estás tan hecha
a este deshabitado ocio de mi carne
que apenas sí tu sombra se delata,
que apenas sí eres cierta
en esta oscuridad que la distancia pone
entre tu cuerpo y el mío.

José Manuel Caballero Bonald
 
Ilustración: Erika Kuhn