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lunes, 1 de abril de 2019
Contigo (fragmento)
No hay noche, no hay luna, no
hay sol cuando estoy contigo,
tiemblo de quererte tanto,
tiemblo de sentirme vivo,
tiemblo de saber que un día
la espuma se lleva al río,
y en el corazón del hombre
se lleva al tiempo el olvido.
No hay luz, no hay jardín, no hay
noche de otoño contigo,
¡quisiera que se acortara
el tiempo cuando te miro!
contigo para perderme,
para salvarme contigo,
contigo, Abril, para siempre
por los siglos de los siglos.
Luis Rosales
Ilustración: Natalie Pudalov
jueves, 28 de junio de 2018
Lección Primera
La Araña gris de tiempo y de distancia
tiende su red al mar quieto del aire,
pescadora de moscas y tristezas
cotidianas...
Sabe que el amor tiene
un solo precio que se paga
pronto o tarde: la Muerte.
Y Amor y Muerte con sus hilos ata...
Dulce María Loynaz
Ilustración: Natalie Pudalov
domingo, 15 de mayo de 2016
Cumpleaños
¿respirarías/calle/donde ahora
cae la tristeza?/¿enlluvia?/
mamá trajo la tarde/
voy a manchar los manteles/seguro/
cae la tristeza?/¿enlluvia?/
mamá trajo la tarde/
voy a manchar los manteles/seguro/
y me gustaría mucho el reto
que me va a echar/suavísima/
revolviéndome el alma
con la cuchara de la sopa/
lo último que hizo
antes de se morir
fue tender un hilito
para ponerme al sol
Juan Gelman
Ilustración: Natalie Pudalov
que me va a echar/suavísima/
revolviéndome el alma
con la cuchara de la sopa/
lo último que hizo
antes de se morir
fue tender un hilito
para ponerme al sol
Juan Gelman
Ilustración: Natalie Pudalov
lunes, 29 de febrero de 2016
Sucio, mal vestido
En el camino de los perros mi alma encontró
a mi corazón. Destrozado, pero vivo,
sucio, mal vestido y lleno de amor.
En el camino de los perros, allí donde no quiere ir nadie.
Un camino que sólo recorren los poetas
cuando ya no les queda nada por hacer.
¡Pero yo tenía tantas cosas que hacer todavía!
Y sin embargo allí estaba: haciéndome matar
por las hormigas rojas y también
por las hormigas negras, recorriendo las aldeas
vacías: el espanto que se elevaba
hasta tocar las estrellas.
Un chileno educado en México lo puede soportar todo,
pensaba, pero no era verdad.
Por las noches mi corazón lloraba. El río del ser, decían
unos labios afiebrados que luego descubrí eran los míos,
el río del ser, el río del ser, el éxtasis
que se pliega en la ribera de estas aldeas abandonadas.
Sumulistas y teólogos, adivinadores
y salteadores de caminos emergieron
como realidades acuáticas en medio de una realidad metálica.
Sólo la fiebre y la poesía provocan visiones.
Sólo el amor y la memoria.
No estos caminos ni estas llanuras.
No estos laberintos.
Hasta que por fin mi alma encontró a mi corazón.
Estaba enfermo, es cierto, pero estaba vivo.
Ilustración: Natalie Pudalov
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