Le ruego al dios de la insensibilidad: haceme insensible.
Le ruego al dios de la estupidez: haceme estúpida.
Le ruego al dios que rapta las almas: rapta la mía.
Le ruego al dios de los ausentes: haceme ausente.
Le ruego al dios de los silenciosos: haceme silenciosa.
Le ruego al dios de los que no tienen nada: llévate todo.
Le ruego al dios de los que tienen paz: dame paz.
Le ruego al dios del olvido: dame olvido.
Le ruego al dios de los impávidos: haceme impávida.
Le ruego al dios del pasado: llévame donde nada de esto había sucedido.
Le ruego al dios de la metamorfosis: déjame como estaba.
Le ruego al dios de los mutantes: fuera de mi.
Le ruego al dios de la apatía: haceme apática.
Le ruego al dios de la frialdad: haceme fría.
Le ruego al dios de los impasibles: haceme impasible.
Le ruego al dios de la sensatez: haceme sensata.
Le ruego al dios de la prudencia: haceme prudente.
Le ruego al dios de la memoria: déjame vacía.
Le ruego al dios de los humildes: haceme humilde.
Le ruego al dios de los que callan: dame el silencio.
Le ruego al dios de los que esperan: llévate la esperanza.
Le ruego al dios de los que huyen: déjame huir.
Le ruego al dios de los invisibles: haceme oculta.
Le ruego al dios de las batallas: dame por perdida.
Le ruego al dios de los caídos: derríbame.
Le ruego al dios de los fuertes: ¡basta de darme fuerza porque me vas a matar!
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Leila Guerriero.
