Yo no era más que aquello que tú
con la mano acariciabas,
allí donde en noche de pavor,
cerrada, la frente reclinabas.
Yo no era más que aquello que tú
distinguías allá, abajo:
primero, solamente imagen vaga,
mucho después, también los rasgos.
Tú fuiste quien, ardiendo,
creaste en un susurro
las conchas de mi oído,
el diestro y el siniestro.
Tú quien, meciendo la cortina
en el mojado cuenco de la boca,
me plantaste la voz
que te llamaba a gritos.
Yo estaba ciego, simplemente.
Y tú, escondida, brotando,
me obsequiabas el don de ver.
Así es como se deja rastro.
Así es como se engendran mundos.
Así, a menudo, tras crearlos,
los dejan dando vueltas
los dones dilapidando.
Así, ora al fuego lanzado,
ora al frío, ya a la luz, ya a lo oscuro,
perdido en la creación del mundo,
el globo va girando.
Joseph Brodsky
Ilustración: Jenny Rubiano
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miércoles, 20 de enero de 2016
viernes, 8 de enero de 2016
Anacronismo
Algo pasa con la luz
que llega a la cama,
su muerte sostenida
en una exacta velocidad.
Te despierta un rayo
y todos tus músculos
agradecen un calor
de otra vida.
Algo pasa con la luz
que anacrónica
se inserta en nuestros días
abarcando estas mañanas
con un halo de duda,
de premonición.
¿Cómo saber qué estrella
aún titila habitada;
cuál sirve de epitafio
a este amor que empieza?
Alba González Sanz
Ilustración: Jenny Rubiano
que llega a la cama,
su muerte sostenida
en una exacta velocidad.
Te despierta un rayo
y todos tus músculos
agradecen un calor
de otra vida.
Algo pasa con la luz
que anacrónica
se inserta en nuestros días
abarcando estas mañanas
con un halo de duda,
de premonición.
¿Cómo saber qué estrella
aún titila habitada;
cuál sirve de epitafio
a este amor que empieza?
Alba González Sanz
Ilustración: Jenny Rubiano
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