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lunes, 17 de julio de 2017
El Jardín
Como una madeja de suelta seda soplada contra una pared
Ella camina por la baranda de un camino en los jardines de Kensington,
Y ella está muriendo a pedazos
De una suerte de anemia emocional.
Y en los alrededores hay una gentuza
Asquerosa, robusta, inmatable, de niños de los muy pobres.
Ellos heredarán la tierra.
En ella está el fin de la progenie.
Su aburrimiento es exquisito y excesivo.
Le gustaría que alguien le hablase,
Y casi teme que yo
Cometa esa indiscreción.
Ezra Pound
Ilustración: Raphael Kirchner
viernes, 31 de marzo de 2017
Reconciliación
Me acuso de quererte.
Perdóname este amor, amor.
Amor es lo que mata y resucita a uno.
Sé mucho, estoy de vuelta,
he decidido seguir en la batalla,
mi arma es el amor
tú mi enemigo.
Nos han dejado solos frente a labio,
frente a frente:
tu dependes de mí
yo de tus armas
¡tíralas!
aligera hacia mí,
abre los brazos,
acércate sin miedo,
te lo juro que no quiero dejarte
malherido.
Dame un abrazo.
No dejes de abrazarme hasta que nunca...
mi arma es el amor y quiero
clavármela en el pecho al abrazarnos.
Gloria Fuertes

Ilustración: raphael kirchner
lunes, 6 de febrero de 2017
La musa
Cuando en la noche oscura espero su llegada,
se me antoja que todo pende de un hilo.
¿Qué valen los honores, la libertad incluso,
cuando ella acude presta y toca el caramillo?
Mira, ¡ahí viene! Ella se echa a un lado el velo
y se me queda mirando larga y fijamente. Yo digo:
"¿Has sido tú la que le dictó a Dante las páginas
sobre el infierno?"
Y ella responde: "Yo soy aquella."
Ilustración: Raphael Kirchner
viernes, 3 de febrero de 2017
Presentimientos
Presiento la rosa en el tallo dormido,
presagio la caricia y presiento la pena.
Y el beso que han de darme,
y el llanto no nacido
humedece mis dedos
y entristece mis venas.
Presiento que me quiere
quien no puede quererme.
Presiento mis insomnios
y el llorar de una estrella.
Yo presiento su risa
-y en mis versos su huella-.
Y la risa que pasa,
y la duda que seca.
Todo presiento, todo,
lo que pasa en la tierra:
la caricia y el llanto,
el beso y el poema.
Que aunque puedo ser madre,
yo soy como un poeta.
Gloria Fuertes
Ilustración: Raphael Kirchner
domingo, 6 de noviembre de 2016
No sé
Soy hermosa y mi piel es suave
y el viento del mar me devuelve rocío
de tiernas tersuras.
Mi cabello perfumo y adorno de áurea madreselva
y mi pecho es redondo y casi virginal.
Tuve un amante que ensalzó mis caderas
y mi forma de amar intensa y silenciosa.
Podría ser aún como un río de luz en tus brazos.
No sé qué te retiene, si furtivo, he visto
un destello de ardor en tu gesto al pasar.
Can I go forward when my heart is here?
No conozco la astucia,
no soy como la hoja del chopo
que en oruga se oculta y arracima
antes de dar su tierno cuerpo al viento,
soy clara y sin pudor,
soy entera y tajante,
y no sé seducir.
Ilustración: Raphael Kirchner
sábado, 22 de octubre de 2016
Una tarde
Mientras escribe, sin observar el océano,
siente entre sus dedos
el temblor de la pluma de su lapicera.
La marea se retira arrastrando
pequeñas piedras, restos de vida marina.
Todo esto no tiene nada que ver, no,
con el origen de su emoción. No.
Su corazón se acelera porque ella
en ese instante ha decidido entrar
completamente desnuda en la habitación.
Somnolienta, por un momento no puede imaginar
dónde está. Se dirige al baño. Sacude su cabellera.
Se sienta en el inodoro con los ojos cerrados,
la cabeza inclinada; las piernas extendidas, abiertas.
No ha cerrado la puerta del baño, él puede verla.
Quizás,
ella esté recordando lo que sucedió esa madrugada.
Porque después de un rato, abre un ojo y lo mira.
Y sonríe con mucha dulzura.
Raymond Carver
Ilustración: Raphael Kirchner
siente entre sus dedos
el temblor de la pluma de su lapicera.
La marea se retira arrastrando
pequeñas piedras, restos de vida marina.
Todo esto no tiene nada que ver, no,
con el origen de su emoción. No.
Su corazón se acelera porque ella
en ese instante ha decidido entrar
completamente desnuda en la habitación.
Somnolienta, por un momento no puede imaginar
dónde está. Se dirige al baño. Sacude su cabellera.
Se sienta en el inodoro con los ojos cerrados,
la cabeza inclinada; las piernas extendidas, abiertas.
No ha cerrado la puerta del baño, él puede verla.
Quizás,
ella esté recordando lo que sucedió esa madrugada.
Porque después de un rato, abre un ojo y lo mira.
Y sonríe con mucha dulzura.
Raymond Carver
Ilustración: Raphael Kirchner
lunes, 8 de agosto de 2016
Deseé alguna vez que un poeta me amase...
Deseé alguna vez que un poeta me amase
Ahora duelen sus poemas en mi cuerpo‚
algo de mí que en él se reconoce hasta quebrar la imagen
de todo lo que fui.
Ahora deseo que me amase tanto que dejara de amarme
y sus palabras fuesen nieve
que el sol de junio fundiese entre mis pechos‚
allí donde su aliento insiste en acallar
esta tristeza antigua que siempre me acompaña.
Ilustración: raphael kirchner
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